El jueves por la tarde fui con algunas profes de español de mis coles al cine más bonito de Avignon, el Utopía, a ver el último pastiche de Woody Allen, es decir Vicky Cristina Barcelona. Menuda cagada. VAYA MIERDA con MAYÚSCULAS. Con decir que pensaba que iba a salir emocionada de ver las imágenes de Barcelona, y ni siquiera me ha tocado la más mínima fibra sensible… Ni siquiera me ocurrió al ver las imágenes de Oviedo. Nada de nada. Que bodrio más grande. Me preguntaba si realmente Woody Allen ha sido el realizador, o ha tenido algo que ver, porque no acierto a encontrar su huella en ningún lugar.

Scarlett bien, incluso consigue abandonar su perpetuo gesto de empanadilla mental+boca de piñón. Penélope, bastante bien, aunque encuentro que sobreactúa en algunos-bastantes- momentos. Bardem, pues nada extraordinario, tampoco es una cosa para tirar cohetes, vamos, que no es que yo piense que actúa mal, pero tampoco es como para decir que es «el mejor del mundo» (Cruz dixit). Y mi humilde opinión es que la actriz que más destaca por su trabajo es Rebecca Hall. Igual es que, consciente de saberse rodeada del los actores de moda del Star System, se ha esforzado para que su trabajo luzca. No lo sé. El caso es que a mí es la que más me ha convencido. 

Por otro lado,y dejando de lado aspectos técnicos y cinematográficos, me ha encantado ver el cuerpecillo orondo de Scarlett Johanson en todo su esplendor, celulitis incluida, así como las curvas cual Sofía Loren de Penélope Cruz. ¡Qué bonito es un cuerpo de mujer de verdad!